Por qué hay que verla
Marc Forster es el director de Monster’s Ball (2001), por la que Halle Berry ganó el Oscar, también de Descubriendo Nunca Jamás (2004) y Guerra Mundial Z (2013), además del Bond más infravalorado, Quantum of Solace (2008). Su última película estrenada es El peor vecino del mundo (2022), un éxito que demostró, por su alguien todavía no lo sabía, que este alemán que ha hecho carrera en Hollywood es un director todoterreno, capaz de salir airoso en cualquier tipo de género.
Su nueva película está basada en una novela gráfica de Raquel Palacio (R.J. Palacio), escritora estadounidense de narrativa juvenil, conocida por la saga Wonder. La primera de ellas se llevó al cine en 2017 con Jacob Tremblay, Owen Wilson y Julia Roberts. August (Wonder) (2012) tenía como protagonista a un niño de 10 años con una rara deformidad en la cara.
A partir de esta historia, Palacio desarrolló todo un universo, novelas protagonizadas por los diferentes personajes que aparecían en la obra original. En esa colección de cuentos los lectores conocieron, por ejemplo, a la abuela de Julian, el matón que en August (Wonder) interpretó Bryce Gheisar. En White Bird el joven actor repite personaje. En la primera película tenía 12 años, ahora ya ha cumplido los 18. A Julian lo expulsaron del colegio por los sucesos que vimos en la película de 2012 y recibe la visita de su abuela.
A la abuela la llaman Grandmère y la interpreta Helen Mirren. La película se centra en la desgarradora historia de esta mujer, cómo siendo una joven judía fue escondida por una familia en un pueblo francés ocupado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial; y cómo el niño que ella y sus compañeros de clase ignoraron y evitaron se convirtió en su salvador y mejor amigo.