Películas para ver una detrás de otra: Nightmare Alley (El callejón de las almas perdidas) (2021). Nightmare Alley (El callejón de las almas perdidas) (1947) y Freaks (La parada de los monstruos (1932)

Freaks (La parada de los monstruos) (1932) es una de las películas favoritas de Guillermo del Toro. Lo que nos lleva a pensar que Nightmare Alley (El callejón de las almas perdidas) (2021) se puede considerar un homenaje a ese clásico de culto, sobre todo en lo que respecta a la primera hora de las dos y media que dura esta nueva adaptación de la novela de William Lindsay Gresham (1909-1962).

Natural de Maryland (Baltimore), William Lindsay Gresham era un escritor alcohólico que abusaba de su esposa Joy Davidman. Ella finalmente huyó a Inglaterra con sus hijos, donde mantuvo una larga historia de amor con el autor C.S. Lewis, con quien se casó (historia que fue contada en la película de 1993 Shadowlands (Tierras de penumbra) dirigida por Richard Attenborough, con Debra Winger como Joy y Anthony Hopkins como Lewis, el escritor británico famoso por la saga Las crónicas de Narnia).

William Lindsay Gresham se suicidó en una destartalada habitación de hotel en Nueva York, donde se había registrado con el nombre de «Asa Kimball, de Baltimore». Kimball es el apellido del juez que en Nightmare Alley contrata los servicios del impostor Stanton Carlisle para que contacte con su hijo fallecido en la guerra. Al final, el juez termina asesinado por su desequilibrada mujer, que luego se suicida convencida, como le ha dicho Carlisle, que así se encontrarán con su hijo. En la película Mary Steenburgen es Mrs. Kimball y el actor canadiense Peter MacNeill el juez.

Nightmare Alley (2021) y Freaks (1932) se pueden ver una detrás de otra. Ambas hablan de lo mismo, de que “aquel que se ha educado en el código marginal de la feria, no siempre desarrolla respeto por la propiedad privada ni por la ley”, como dice el escritor especializado en la cultura del horror David S. Skal hablando de Tod Browning.

Browning (1880-1962) creció, efectivamente, en un circo. En el verano de 1896 se fugó con una compañía ambulante donde, como dice Skall en el ensayo Monster Show, “gravitó rápidamente y con entusiasmo hacia el estrato más bajo de la vida en la feria, donde se estrenó como vocero para un falso Hombre Salvaje de Borneo”.

Browning se sentía “como en casa en las tinieblas del foso de los monstruos”, un mundo en el que había soñado vivir desde niño. “Los hombres salvajes de pega estaban sólo un peldaño por encima del nadir de los monstruos de feria: el geek, perturbador personaje -por lo general un alcohólico irredimible- que se dedicaba a arrancar de un bocado las cabezas de ratas y pollos, a menudo a cambio únicamente de la siguiente botella”, sigue describiendo Skall. Justo lo que vemos (un geek mordiendo una gallina) en Nightmare Alley (2021) y justo lo que vemos (un geek mordiendo una rata) en Babylon (2022), cuya historia transcurre en la década de 1920, años antes de los tiempos que retrata Nightmare Alley (década de 1940).

Cuenta la leyenda que Irving Thalberg le encargó a Browning que hiciera algo que superase a Frankenstein (1931). Browning prometió la película de horror definitiva, pero el magnate no se podía ni imaginar lo que terminaría recibiendo. El guion estaba basado en Spurs, un relato de Tod Robbins publicado en 1923 en Munsey’s Magazine. Era la historia de un enano de circo francés, millonario y enamorado de una amazona. Freaks es una versión muy libre de ese cuento y fue un fracaso. Tod Browning cayó en desgracia, retirándose en 1939 para vivir recluido hasta su muerte.

Uno de los pocos personajes “normales” de la película es Venus, la domadora de focas interpretada por Leila Hyams (1905-1977). Venus es la chica rubia del circo que trata bien a los fenómenos de feria, especialmente a Frieda (Daisy Earles), desconsolada porque su prometido Hans (Harry Earles) ha sido seducido por la atractiva y ambiciosa Cleopatra (la actriz rusa Olga Baclanova). Daisy y Harry eran hermanos, lo que añade un toque todavía más raro a su relación en la película. 

Visto todo lo que pasó después, es compresible que Myrna Loy rechazara el papel de Cleo por “ofensivo”. “Al final resulta que Irving Thalberg me quería para un papel muy extraño: la despiada trapecista de Freaks que se casa con un enano por su dinero y luego lo envenena. ¡Dios todopoderoso! ¡Incluso Thalberg! Así de difícil era quitarse de encima la imagen de mujer fatal”. Jean Harlow también pasó del personaje de Venus y Victor McLaglen del de Hercules.

El que estaba encantado era Angelo Rossitto (1908-1991), que interpreta a Angeleno, pues siguió en el cine y llegó hasta Mad Max Más allá de la Cúpula de Trueno (1985). Angelo medía 0,89 m, fue descubierto por John Barrymore, aparece como personaje en la novela de Nathanael West de 1939 El día de la langosta y murió en Los Ángeles a los 83 años por complicaciones durante una cirugía.

La película fue recibida con sorpresa, aunque fuera un desastre económico. Unos la calificaron de “repugnante”, otros de “novedosa” y otros de “pequeña joya perversa”. Lo que está claro es que no se había visto antes nada igual. Louella Parsons fue la más certera en su apreciación tras ver la película: “Llegué al Criterion Theater después de haber asistido al festivo almuerzo organizado por la señora Gardner Sullivan y sentí como si de repente me hubiera quedado dormida y estuviera teniendo una terrible pesadilla. Se trata de una película tan distinta que el público querrá verla”.

En Freaks hay una escena donde vemos a Phroso (Wallace Ford, actor nacido en Londres que en realidad se llamaba Samuel Jones Grundy, pero tomó su nombre en honor a un amigo de la infancia que murió al intentar subirse a un tren) dentro de una bañera. Phroso es otro personaje bueno, está enamorado de Venus y protege a los “freaks”. Guillermo del Toro también mete a Bradley Cooper en una bañera al principio de Nightmare Alley. 

Decía Roger Ebert que “cuando Robert Mitchum le echaba el humo a un tipo, el tipo se quitaba de su camino”. Pues bien, en esta película, cuando Cate Blanchett en su papel de la seductora y misteriosa Lilith Ritter echa el humo los hombres no se apartan, caen a sus pies. El primero Stanton Carlisle (Bradley Cooper). Blachett está magnética en la película, como una estrella del Hollywood clásico, como si Linda Darnell, Hedy Lamarr, Veronica Lake o Gloria Grahame hubieran poseído su cuerpo. Cooper y ella forman una pareja tan fascinante que nos trasladan directamente a los tiempos de Glenn Ford y Rita Hayworth, Alan Ladd y Lake, Dana Andrews y Darnell o Barbara Stanwyck y Fred MacMurray.

Pero Guillermo le ofreció primero el papel protagonista a Leonardo DiCaprio, con el que no llegaron a un acuerdo. En la primera adaptación al cine de la novela de Gresham, el protagonista lo interpretó Tyrone Power, quien convenció a 20th Century Fox para que comprara los derechos cinematográficos de la novela porque quería cambiar su imagen en pantalla. Pero las cosas no salieron bien para este auténtico clásico de culto de 1947. Darryl F. Zanuck, jefe de la Fox, encontró la película tan desagradable que terminó retirándola del mercado. Incluso se eliminaron escenas, como esa del geek ensangrentado destrozando como un loco a las gallinas. Esa escena está en la película de Guiilermo del Toro.

Si Tod Browning tenía una conexión especial con Freaks, Guillermo del Toro también con Nightmare Alley. Como contó el director mexicano en una entrevista de enero de 2022 con Terry Gross en el programa «Fresh Air» de National Public Radio, “una de las razones por las que siempre me ha interesado el tema de los estafadores y los videntes falsos que se aprovechan de las personas vulnerables y afligidas (como las de esta película) es porque en 1998, cuando mi padre fue secuestrado en México mi familia recibió inmediatamente un montón de llamadas de estafadores que afirmaban ser psíquicos. Una de las primeras advertencias que recibimos de los negociadores profesionales fue que tuviésemos cuidado con ellos. Van a aparecer, nos dijeron, y tan pronto como colgué el teléfono, fui a ver a mi madre, y la encontré con dos hombres sentados en la sala de estar diciéndole que sabían dónde estaba mi padre y que podían llevarnos allí porque lo estaban sintiendo. Oír eso me dejó una terrible sensación. Estuvieron allí muy poco tiempo porque los eché. Pero lo que le decían a mi madre es que podían sentir a mi padre, que él estaba tratando de comunicarse con ella. El discurso era casi idéntico a lo que Stan dice en la película… Usan los mismos anzuelos. Todo eso fue evidente para mí. Pero mi madre por un momento quiso creerlos. Esa crueldad, que vi de primera mano, también es parte del espíritu de esta película». 

Cuando se estrenó la versión de 1947 de Nightmare Alley un crítico señaló que era una película “extraña y enfermiza”. Quizá eso sea lo mejor que se pueda decir de estas tres maravillas que hablan de crueldad, ambición y de esos monstruos de feria que somos todos.

Nightmare Alley (El callejón de las almas perdidas) (2021) se puede ver en Disney + 

Nightmare Alley (El callejón de las almas perdidas) (1947) se puede ver en Filmin

Freaks (La parada de los monstruos (1932) se puede ver en Filmin

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