Su primer largometraje, Ernest y Célestine (2012) fue un éxito internacional que lanzó la carrera de este animador francés nacido en noviembre de 1983. En 2015 publicó un cómic, Le grand mechant renard (El gran zorro feroz), que luego adaptó al cine en 2017. Migración es su tercer trabajo y el primero para un gran estudio, su prueba de fuego en Hollywood y su consagración definitiva.
¿Recuerda cómo fue su primera reunión con Chris Meledandri, jefe de Illumination?
Antes de conocer a Chris, pensé́ que debía mostrarme muy seguro de mí mismo, como suponía que se comportaría un director en Hollywood. Pero cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que Chris se comunicaba a un nivel más profundo. Hablamos de emociones, experiencias en común, y sentí una gran confianza en ese mismo momento. La idea de trabajar con Chris me llenó de entusiasmo porque ambos compartíamos una visión y el deseo de pasarlo muy bien mientras hacíamos la película.
¿Qué le atrajo principalmente de Migration cuando se la ofrecieron desde Illumination?
La posibilidad de hablar de cosas reales. Durante nuestras primeras reuniones, Chris se centró en las ideas que sostienen la película, como las relaciones, cuidar de los seres amados y lo que ocurre cuando dos personas quieren cosas diferentes. Me gustó la idea de profundizar en estos aspectos de la vida, y cuando leí el guion comprendí que reflejaba estas ideas a la perfección.
¿Y qué ha aportado usted a la historia?
Me ocupé de hacer lo que mejor se me da, inyectar toques de humor y momentos con los que uno puede identificarse. Esta película quiere establecer una conexión fuerte con el espectador mostrando lo mucho que proporciona vivir nuevas experiencias, así como los momentos maravillosos y las fantásticas relaciones que pueden surgir en el camino. Explorar el tema de salir de nuestro elemento me hizo pensar en lo mucho que me gustan el senderismo y los viajes. Había sitios donde no me atrevía a ir, pero por suerte otros me convencieron y viví experiencias geniales que me habría perdido. Quería compartir esas sensaciones con el público, la sensación de recompensa que surge con la aventura.
¿Fue complicado ajustarse a las diferencias entre la animación 3D y el estilo 2D al que está acostumbrado?
Siempre había trabajado en películas francesas más pequeñas donde todos nos conocemos, pero aquí disfruté mucho con gente nueva, y con mucho talento. Aprendí a no querer controlarlo todo y a confiar en el equipo. Tratándose de animación 3D, el proceso pasa del diseño gráfico a la animación antes de llegar a la parte final, cuando literalmente el estudio hace magia. Fue asombroso ver la transformación y la tremenda atención que ponen en los detalles. Estoy muy agradecido al equipo por su gran trabajo en cada uno de los departamentos. Cada vez que veo la película, descubro algo nuevo.
En los créditos aparece como co-director Guylo Homsy, un veterano de la casa. ¿Qué tal con él?
Cuando me enteré de que Guylo iba a ser el codirector, me entusiasmé porque había visto su trabajo en las entregas de ¡Canta! El conoce los recursos de la animación 3D, con la que yo no estoy tan familiarizado. Además, subió el listón de las secuencias en el storyboard. Trabajamos muy bien juntos, un poco como la pareja perfecta.
¿Qué espera de Migration cuando sea vea en las salas de cine de todo el mundo estas navidades?
Deseo sinceramente que esta película anime a la gente a ir en busca de las maravillas que hay más allá del horizonte habitual.