Cary Grant no quería hacer Arsenic and Old Lace (Arsénico por compasión) (1944), la adaptación al cine del éxito de Broadway. Cuando vio la película terminada, fue más lejos y dijo que Allyn Joslyn, el actor que había estrenado la obra de Joseph Kesselring en los escenarios un 10 de enero de 1941, “lo hubiera hecho mejor”. También dijo que James Stewart habría sido otro candidato perfecto y que lo que a él le hubiera gustado de verdad hubiera sido protagonizar Blithe Spirit (Un espíritu burlón), otro éxito teatral. La adaptación al cine de la obra de Noel Coward la firmó David Lean, con Rex Harrison en el papel de Charles Condomine, célebre escritor que prepara “un relato de misterio sobre una médium homicida”. Así que Cary Grant estuvo todo el rodaje de Arsenic and Old Lace (Arsénico por compasión) “irritable” y quejándose constantemente del decorado y del vestuario. Y eso que el decorado (la casa Brewster y las calles de alrededores, incluido un cementerio) fue en ese momento el más grande jamás construido en los estudios Warner Bros.
A lo mejor Cary Grant estaba de mal humor porque sabía que la primera elección de Frank Capra para el papel de Mortimer Brewster había sido Bob Hope, pero no estaba disponible. Mortimer es crítico teatral, como Parker Ballantine, el protagonista de la obra de Ira Levin Critic´s Choice, llevada al cine en 1963 con Bob Hope.
Cary Grant también era consciente que lo mejor de Arsenic and Old Lace (Arsénico por compasión) eran precisamente Jean Adair, Josephine Hull y John Alexander, los tres fichados directamente de la obra original para repetir sus personajes en el cine. Las dos primeras, sensacionales como Martha y Abby Brewster, las encantadoras hermanas, ancianitas aficionadas a las obras de caridad que esconden un muerto en el arcón y once más en el sótano de la casa. El del arcón se llama Mr. Hoskins y los momentos más divertidos de la película se producen cuando Cary Grant, en el papel del sobrino de las viejecitas, el recién casado Mortimer Brewster, descubre lo que hay dentro del mueble. Así que el actor no tenía razón: Allyn Joslyn no lo hubiera hecho mejor. Ni tampoco Bob Hope. Ni siquiera James Stewart. Y tampoco Bob Crane, el inolvidable Supermán, interpretado por Ben Affleck en Hollywoodland (2006), que protagonizó una versión de la obra de Kesselring para televisión con, atención, Lillian Gish y Helen Hayes como las adorables tías aficionadas al arsénico.
También está espléndido John Alexander como Teddy Brewster, que se cree el presidente Franklin D. Roosevelt y está completamente loco. Aunque a lo mejor es el más cuerdo de todos, visto lo visto. Teddy se va de cacería, viaja constantemente al Canal de Panamá, declara guerras y organiza expediciones a lugares remotos sin salir de casa. A eso se llama tener un gran mundo interior, que cabe en el sótano de una casa.
Todo en esta historia macabra ambientada en Halloween tiene mucha gracia, aunque poco divertido era el suceso real en que se inspiró Kesselring para idear la trama. Efectivamente, “Sister” Amy Duggan Archer-Gillian (1873-1962), era una señora que regentaba un hogar de ancianos en Windsor, Connecticut. Nada hacía sospechar que terminaría convertida en la asesina en serie más prolífica de Estados Unidos. Entre 1907 y 1917 murieron en su hogar de acogida 60 huéspedes.
En la película, las hermanas Brewster piensan que envenenando con arsénico a los viejecitos les están haciendo un favor. Por ejemplo, el pobre Señor Gibbs, personaje con el que se despidió del cine el actor Edward McWade, que está sólo en el mundo y se pone a tiro de las hermanas (chicas solas en el mundo es lo que buscaba Mrs. Meers para su pensión en Millie una chica moderna, aunque ella no las mataba, las dormía y las enviaba como mercancía para la trata de blancas en el barrio chino de Nueva York).
Arsénico por compasión está llena de personajes memorables. Peter Lorre está repulsivo como el Doctor Einstein. Muy gracioso está Jack Carson en su papel del agente O’Hara, que patrulla por el vecindario y, como quiere ser escritor, termina enredado en la trama de los Brewster. Años después, Carson estaría sensacional como el hermano de Paul Newman en La gata sobre el tejado de Zinc (1958).
Uno de los mejores es Edward Everett Horton como Mr. Witherspoon, con permanente cara de pasmo y a punto de entrar como paciente en el manicomio que él dirige. Y atención a James Gleason como el jefe de policía Rooney que aparece al final para poner orden en esa casa de locos. Y Raymond Massey se ríe de sí mismo y de su amenazante imagen haciendo de Jonathan Brewster, el improbable y muy malvado hermano de Mortimer. Este personaje lo interpretó en Broadway Boris Karloff, que quiso estar en la película, pero los productores de la obra no le dejaron irse a Warner Bros. El estudio incluso sugirió que Humphrey Bogart le reemplazara en los escenarios el tiempo de rodaje, pero todo fueron negativas. Karloff se llevó un disgusto enorme, pero permitió que los productores usaran su nombre para construir un chiste recurrente durante la mayor parte de la película (lo cual dice mucho a favor del inolvidable actor).
Resulta curioso que los productores de la obra permitieran a “los hermanos Brewster”, Josephine Hull, Jean Adair y John Alexander, dejar Nueva York para rodar la película y le negaran el permiso a Boris Karloff. La razón está en que el actor era tan popular entre el público (todo el mundo quería ver en vivo al monstruo de Frankenstein) que pensaron que la ausencia de su estrella principal afectaría negativamente a la taquilla teatral.
La película se rodó entre el 20 de octubre y el 16 de diciembre de 1941 mientras la obra aún se estaba representando. En 1942 la versión cinematográfica estaba lista para su estreno, pero Warner había firmado un contrato en el que se comprometía a no presentar la película mientras la obra siguiera en los escenarios. Como la historia estaba ambientada en la noche de Halloween, Warner pensó que la mejor fecha para estrenar era octubre de 1942. Pero el “Arsénico” estuvo triunfando en el Teatro Fulton de Broadway hasta el 17 de junio de 1944 (1.444 funciones, más de una por día contando las matinés). La película se estrenó en septiembre de 1944, dos años y medio después de que se terminara el rodaje.
Boris Karloff se quedó con la pena de no ser el siniestro Jonathan Brewster en el cine. Pero la vida está llena de sorpresas, y en 1962 lo consiguió por fin, aunque en una versión para televisión protagonizada por Tony Randall.
El mismo Jonathan Brewster que se había largado de casa hacía muchos años, se había convertido en delincuente y ahora regresaba al hogar con el señor Spenalzo bajo el brazo.