Había mucha expectación por ver la película, pero también por ver en persona a los que la han hecho posible.
Sam Taylor-Johnson, la directora de esta biografía de la malograda Amy Winehouse, llegó acompañada de su marido, el actor Aaron Taylor-Johnson, que no sale en la película pero quiso acompañar a su mujer en un día tan importante. El nombre de Aaron ha sonado en los últimos días como posible nuevo James Bond, pero nadie confirma nada, y menos que nadie Barbara Broccoli y el propio actor, que son los que tienen la última palabra. Aaron y Sam están casados desde 2012, ella es 23 años mayor que él y tienen dos hijos.
Sam Taylor-Johnson siempre quiso hablar de Amy desde el punto de vista de Amy y esta película muestra una versión más enfática, festiva y equilibrada del auge a la fama de la cantante, dejando atrás la imagen de la que se apoderó la prensa amarilla en la época. “La intención era conseguir que todos nos sintiéramos como si estuviéramos con ella, viviéramos ese viaje con ella”, explica. Antes de llegar a eso, fue necesario superar unos cuantos retos. “Revivir a Amy dentro de un marco positivo y, a la vez, mostrar su vida y su recorrido, era una enorme responsabilidad”, cuenta la cineasta.
También acudieron al evento los padres de la biografiada, Janis y Mitch Winehouse, encantados del reconocimiento a su hija.
Y, cómo no, la pareja protagonista de la película, Marisa Abela y Jack O’Connell, que interpretan, respectivamente, a la cantante y a su novio Blake, con el que Amy vivió un tórrido romance. Cuando rompieron, ella, con el corazón roto, viajó a Nueva York para empezar a escribir su segundo álbum, Back to Black, donde cuenta su separación con Blake.