En una escena de Belfast, la familia protagonista acude al cine a ver Chitty Chitty Bang Bang (1968) y a continuación, todavía con la pegadiza canción de la película de fondo, se reparten en casa los regalos de Navidad. A Buddy, el niño alter ego del director Kenneth Branagh, le llega, entre otros, un modelo en miniatura del nuevo Aston Martin DB5 de James Bond (estamos en 1969, el año de Al Servicio secreto de su Majestad). Otro de los regalos, suponemos que para la madre o el padre, es la novela Hallowe’en Party (Las manzanas), de Agatha Christie, la gran sensación del momento pues se acababa de publicar (lo hizo en noviembre de 1969). Pues bien, el nuevo proyecto de Kenneth Branagh, que empezó a preparar tras terminar Belfast, es precisamente la adaptación al cine de ese libro.
¿Agatha Christie en Venecia? La escritora no ambientó ninguna de sus tramas criminales en la ciudad italiana, pero eso no importa porque la combinación es irresistible, hasta el punto de que uno se pregunta: ¿por qué no lo ha pensado nunca nadie? Pues ahí están Kenneth Branagh y el guionista Michael Green porque a ellos sí se les ha ocurrido. Lo veremos en A Haunting in Venice, la tercera película de ambos basada en una novela de Christie, tras Asesinato en el Orient Express (2017) y Muerte en el Nilo (2022).
La novela Hallowe’en Party (Las Manzanas) transcurre en un ficticio pueblo inglés llamado Woodleigh Common, cerca de Londres. Allí pasa unos días Ariadne Oliver, personaje recurrente en la obra de Christie, una especie de alter ego de la autora porque también es escritora de novelas de misterio. Ariadne se cruza de vez en cuando con su amigo Hercule Poirot para ayudarle en sus casos. Así que cuando una niña es asesinada en Woodleigh Common, ella le pide a Poirot que vaya allí y resuelva el caso. En la adaptación de Michael Green la cosa se pone más inquietante porque ya no estamos en ese idílico pueblo inglés, ahora la trama se traslada a los sombríos canales de Venecia. ¿Una niña muerta y Venecia? Esperemos que Branagh haya visto Don’t Look Now (Amenaza en la sombra) (1973) y siga los pasos de Daphne Du Maurier y Nicolas Roeg. En 20th Century Studios (propiedad de Disney) ya hablan de “thriller sobrenatural” y sesiones de espiritismo en un palacio maldito (¿será el real y tristemente famoso Ca’Dario?), así que el asunto pinta bien.
Janet Morgan, en su biografía de la escritora, apunta que la novela es “confusa porque presenta en ella demasiados temas. Por ese motivo es también, como lo es toda su producción tardía, una obra notable por la destreza de su ejecución”. Tiene razón Morgan cuando, a propósito de esta obra y de otras como La casa torcida o El truco de los espejos, asegura que a Christie siempre le ha interesado la capacidad de los niños para el mal. En noviembre de 1969, la escritora le envió un ejemplar de su nuevo libro a su amigo Lord Mountbatten acompañado de una nota donde le decía que “Las manzanas no es tan bueno como Roger Ackroyd aunque no está mal del todo”.
Branagh será nuevamente Poirot y el propio cineasta nos resuelve algunas dudas, pero no todas: «La película está basada en una historia de misterio compleja y poco conocida de Agatha Christie, ambientada en Halloween. Además, nos muestra un desarrollo realmente interesante del personaje de Hercule Poirot. Todo eso nos ofrece una oportunidad increíble para nosotros, como cineastas, de ofrecer algo verdaderamente escalofriante”.
La inglesa Kelly Reilly (True Detective), Michelle Yeoh (sorprendente en la revelación de la temporada, Todo a la vez en todas partes), Jamie Dornan (que repite con el director tras Belfast, que tantas alegrías le dio al que fuera Christian Grey), Tina Fey (que abandona su terreno natural, la comedia), Kyle Allen (joven bailarín y actor visto en West Side Story), el italiano Riccardo Scamarcio, la francesa Camille Cottin (excelente junto a Matt Damon en Stillwater) y Jude Hill, que debutó en Belfast (2021) interpretando al niño protagonista, completan el reparto.