La carta iba dirigida al actor porque en una ocasión se puso algo pesado opinando y dando consejos sobre un determinado tema social, pero podría haberla recibido cualquiera de esos actores y actrices que parecen tener siempre ganas para sermonear al prójimo sobre lo que sea.
Estas son las líneas que mandó Dan Cochran (de Emeryville, California) a Esquire en respuesta a las declaraciones de Nicholson. “Siempre me ha hecho gracia ver cómo los actores ofrecen consejos y puntos de vista sobre la experiencia humana común como si estuvieran tan conectados como el resto de la gente. Lo que siempre parecen olvidar es que seguramente han sido ricos durante más de la mitad de sus vidas, que viven en un entorno que casi por definición gira por completo en torno a ellos mismos y que se pasan la mayor parte de sus carreras profesionales fingiendo ser otras personas”.
La actriz española Amparo Larrañaga, siempre tan acertada, se quejaba hace poco: “¿Por qué tengo que opinar de todo? Yo no sé de todo. Al final, los actores no tenemos un contacto tan directo con la gente”. Lo mismo que dijo el bueno de Dan, pero con otras palabras.
Y es que, como dijo el periodista Alberto Rey en cierta ocasión en su columna de El Mundo, “Los actores son actores, no sabios, ni oráculos, ni intelectuales. Los hay más listos y más tontos, más leídos y más incultos. Hay de todo, como en botica”.
