La suerte de ser La Novia de Drácula 

¿Trae suerte interpretar en el cine a una de las novias de Drácula? Si nos fijamos en las carreras de Elena Anaya y Monica Bellucci la respuesta es sí, pero si miramos a las demás actrices que han acompañado al vampiro en su castillo de Transilvania, la cosa ya no está tan clara. Bram Stoker describe a estas depredadoras sedientas de sangre como “de formas redondas y ondulantes, brillantes y duros ojos, blancos dientes, color encendido, voluptuosos labios”.

Recuperemos tres películas donde aparecen estas damas tan deseadas como temidas, el Drácula de 1931 de Tod Browning, el de 1992 de Francis Ford Coppola y el Van Helsing de 2004.

Las tres vampiras actrices que rodeaban a Bela Lugosi tenían nombres tan sofisticados como Geraldine Dvorak (1904), Cornelia Thaw (1908-1981) y Dorothy Tree (1906-1992).

Geraldine era de Texas y no pasó de papeles secundarios, pero tuvo la suerte de que se parecía mucho a Greta Garbo. Irving Thalberg la echó el ojo y se convirtió en algo así como la doble oficial de la diva sueca, la que se ponía para planos generales y pruebas de vestuario cuando la estrella no estaba disponible.  

Cornelia también era de Texas y sólo intervino en una película: Drácula. Su hermana Evelyn Pierce (1907-1960) también era actriz y una carrera mucho más amplia.

La tercera “novia” fue Dorothy Tree y de las tres fue la que tuvo una carrera más destacada, siempre secundaria, pero en películas como La jungla de asfalto (1950) y Hombres (1950), donde interpretó a la madre de Teresa Wright.

Nos vamos al Drácula de Coppola. Allí estaban rodeando a Gary Oldman la italiana Monica Bellucci (1964), la israelí Michaela Bercu (1967) y la rumana Florina Kendrick (1966). 

Para Monica era su tercera película y el principio de una exitosa carrera que le ha llevado a triunfar en todo el mundo, con parada especial en Hollywood. A ella sí que le dio suerte ser novia del vampiro.

Como Cornelia Thaw, Michaela sólo intervino en una película, porque su éxito estaba como supermodelo. Y también la rumana Florina se quedó sólo con el Drácula de Coppola. 

Y llegamos a Van Helsing, la versión de Stephen Sommers con el australiano Richard Roxburgh (1962) como el Conde. A su lado se quedó una de sus “novias”, la italiana Silvia Colloca (1977), porque se casaron en septiembre de 2004, cinco meses después del estreno de la película. Van Helsing fue prácticamente el debut en el cine de Silvia y ahí sigue, aunque su prioridad es su familia: sigue felizmente casada con Richard y tiene tres hijos.

La californiana Josie Maran (1978) quería ser terapeuta sexual, pero acabó como modelo, fue elegida en 2005 por la revista FHM como una de las «100 Mujeres más sexys del mundo». 

La tercera novia fue Elena Anaya (1975), que rodó Van Helsing cuando ya era una actriz consagrada en España. 

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