“Este tío se merece un Oscar”, exclama Roy Mitchell, el agente del FBI que interpreta Jesse Plemons en la extraordinaria Judas y el Mesías Negro (2021). El tipo se refiere al “Judas” del título, Bill O’Neal, el delincuente avispado que es reclutado por las fuerzas del orden para que se infiltre en las entrañas de Los Panteras Negras de Illinois y pase toda la información posible. Y tiene razón Roy, LaKeith Stanfield como Bill O’Neal se merecía el Oscar y todos los premios del mundo por dar vida a este “traidor” sin ideología que se vende al mejor postor. Una interpretación magistral que le llevó, según ha confesado el actor, a necesitar terapia una vez acabado el rodaje. Al final el premio se lo llevó su compañero de reparto Daniel Kaluuya pero, sin quitar méritos al galardonado, el Oscar se lo merecía Stanfield porque su trabajo es mucho más complejo y con muchos más matices.
LaKeith Stanfield tiene 30 años y lleva en el cine mucho tiempo. Déjame salir (2017), donde coincidió con Kaluuya, marcó una nueva etapa de esperanza, a la que siguieron Milennium: Lo que no te mata te hace más fuerte (2018) y Puñales por la espalda (2019).
Su nueva ilusión como actor es Haunted Mansion, un proyecto que lleva dando vueltas por Hollywood durante y años y que, como Piratas del Caribe, está basado en una atracción de DisneyLand (California) y de DisneyWorld (Orlando). Fue creada en 1969 y ha sido una de las favoritas del público desde entonces porque invita a entrar en una mansión espeluznante que incluye algunos personajes clásicos, como el espíritu de la médium psíquica Madame Leota, la novia esquelética y el encapuchado Hatbox Gho.
En 2003 se estrenó una adaptación titulada The Haunted Mansion, con Eddie Murphy y Jennifer Tilly como Madame Leota, que era bastante fiel a la atracción pero que no gustó a nadie.
Y menos que a nadie a Guillermo del Toro, que en 2010 declaró que uno de sus sueños cinéfilos era rodar una película sobre esta mansión encantada, “una combinación única de oscuridad y diversión”. El director contó que hasta en una de sus casas había reproducido la escenografía de la original, con lluvia y truenos de sonido ambiente. Pero pasaron los años y nada se concretaba, aunque en 2015 Ryan Gosling mantuvo conversaciones para unirse al proyecto y se fue con el director a DisneyLand para entrar con él en Haunted Mansion.
Guillermo del Toro enseñaba ilustraciones y maquetas, pero seguía sin guion: “Bueno, he pasado semanas enteras en DisneyLand con los ejecutivos, pero tener un guion está siendo complicado. Lo hemos reescrito varias veces. Llevamos tres o cuatro borradores, con dos equipos diferentes, y creo que lo principal es tratar de trasladar a la pantalla el intenso viaje que ofrece la atracción, sin perder el sentido de diversión. Es un equilibrio difícil, y estamos muy cerca, pero no todavía”. Hasta que tiró la toalla y en julio de 2014 insinuó que, debido a su apretada agenda, podría terminar sólo como productor del proyecto. «Es una película que me encantaría dirigir, pero también estaría feliz con producirla».
El 28 de agosto de 2020, se anunció que el proyecto comenzaba de cero con un nuevo equipo y sin Guillermo del Toro. Nada se sabe de lo que pasó con el cineasta, pero su marcha enfadó a los fans de la atracción, ya que muchos opinaban que el mexicano hubiera hecho una adaptación fiel y muy buena y no una tonta comedia como la que rodaron Rob Minkoff y Eddie Murphy. En 2015, el director mexicano estrenó La Cumbre Escarlata, sin nada que ver con el proyecto maldito, pero por lo menos ya tenía su película de fantasmas y mansiones encantadas. Ahora sabemos que Disney quiere un nuevo Piratas del Caribe (varias películas) y ha contratado como director a Justin Simien, que viene de la televisión y hace comedias tipo Querida gente blanca (2014). LaKeith Stanfield estará acompañado por Owen Wilson, Rosario Dawson y Danny DeVito. Para el guion se utilizará el que escribió Guillermo del Toro.