El inglés James Watkins sabe mucho de pesadillas en el cine. Nadie que haya visto su primer largometraje, la brutal Eden Lake (2008), puede olvidar el horror que vive esa pareja (Kelly Reilly y Michael Fassbender). Tampoco es fácil dejar atrás a esa Mujer de negro (2012) que se pasea por la tétrica mansión Eel Marsh.
Ahora, Watkins nos propone una nueva pesadilla. La que vive una familia estadounidense invitada a pasar un fin de semana en la idílica granja de una encantadora familia británica que conocieron en unas vacaciones en la Toscana. La película lleva la firma de Blumhouse, una garantía, y en su reparto, Mackenzie Davis, como la esposa de la familia invitada y James McAvoy, en el papel del anfitrión que va a resultar no es lo que parece.
«Me entusiasmó ese concepto tan malicioso y cercano: gente de vacaciones cuestionándose el rumbo de sus vidas y haciendo amistad con una pareja que parece tener las respuestas que buscan», nos contó Watkins. «La temática de la película me cautivó totalmente, esa forma de explorar cómo la sociedad moderna nos limita con sus reglas y lo que nos cuesta negociarlas».
James McAvoy, especialmente conocido por su interpretación del superhéroe telépata Charles Xavier en la saga X-Men y del trastornado Kevin Wendell Crumb en las supertaquilleras películas de Blumhouse Múltiple y Glass, pone el acento en la productora: «Blumhouse ha hecho muchos tipos de películas, pero es una productora principalmente conocida por el género del terror, y esos proyectos se le dan excepcionalmente bien. Al leer el guion, lo que me mantuvo enganchado desde el principio es que estos personajes parecían gente real y que estaba basado en experiencias que podíamos reconocer en el mundo real. La película juega constantemente con lo que es aceptable y lo que no, y los peligros a los que nos exponemos cuando elegimos soportar un comportamiento o condiciones denigrantes porque no creemos merecer nada mejor o porque no creemos que las cosas puedan mejorar. ¡O, simplemente, porque ya no sabemos cómo pensar o hablar de estas cosas!». En lo que respecta a Paddy, su personaje, McAvoy se sintió fascinado por las múltiples capas y lecturas del personaje, especialmente como personificación de una masculinidad retrógrada.
Para Mackenzie Davis (Terminator: Destino oscuro) lo más cautivador de la película es su combinación de sátira social oscuramente cómica y terror violento, y cómo lo uno llevaba a lo otro. «Lo que me pareció interesante del guion es cómo capturaba lo terrible que puede llegar a ser afrontar ciertas situaciones sociales tensas y cómo se pueden desarrollar en un escenario de vida o muerte. Lo ingenioso de la historia es que la tensión figurada se vuelve totalmente literal: como un ochenta por ciento de la película trata de explorar una serie de traspiés sociales y sus consecuencias, así como el horror natural que eso genera, para dar paso a veinte últimos minutos de auténtico terror. También me encantó que la película explora la tensión entre miedo, instinto y empatía».
No hables con extraños se estrena el 13 de septiembre