Nada menos que 6.500 litros de sangre falsa

Posesión infernal (Evil Dead) (1981), cambió el cine de terror moderno, como lo hicieron Halloween (1978), La última casa a la izquierda (1972), La matanza de Texas (1974) o Viernes 13 (1980).

Y como todas ellas, también tiene su correspondiente saga, con secuelas, remakes y revisiones varias.

Después de esa película, Sam Raimi se convirtió en estrella y terminó siendo el responsable de la primera trilogía de Spider-Man (2002, 2004 y 2007).

En esta nueva Posesión infernal, Raimi aparece como productor ejecutivo junto a su amigo, y protagonista de la original, Bruce Campbell, aunque esta es la segunda película de la saga en la que el actor no aparece en el reparto.

Raimi y Campbell son amigos desde la escuela y el director siempre le estará agradecido al actor: este puso la casa de su familia en el norte de Michigan como garantía para que Sam Raimi no solo pudiera terminar la película, sino también pasarla a 35 mm, requisito para estrenarla en cines.

Ahora dirige y escribe Lee Cronin, que sale de Bosque maldito (The Hole in the Ground) (2019), su primer largometraje, la historia de una madre soltera que vive en la campiña irlandesa junto a su hijo y de pronto empieza a sospechar que el niño tal vez no sea su hijo.

Para ir abriendo boca, Cronin ha dicho que para esta nueva Posesión infernal se usaron 6.500 litros de sangre falsa.

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