Olivia Colman tiene que pagar las facturas… de alguna manera

Olivia Colman, que empezó como mujer de la limpieza y mecanógrafa, para terminar como actriz, que es lo que siempre soñó ser, tiene su mesa repleta de guiones. Ella dice que nunca le ha preocupado si un papel es pequeño, más bien si es interesante o si le ofrece la oportunidad de trabajar con buenos profesionales. 

En Wicker, Olivia interpreta a una pescadora que vive en un pueblo costero y es objeto de burlas de los vecinos por su aspecto andrajoso y apestoso, así que decide encargar un marido de mimbre con el aspecto de Dev Patel. 

También se casará en el cine, esta vez con un hombre tal real como Benedict Cumberbatch, en la comedia negra Roses, que no es otra cosa que la actualización de la famosa La guerra de los Roses (1989), que protagonizaron Michael Douglas y Kathleen Turner. Dirige Jay Roach, director de las películas de Austin Powers (1997 y 1999), de Los padres de ella (2000) y Los padres de él (2004) y de Bombshell (El escándalo) (2019), drama que denunciaba los abusos sexuales dentro del canal Fox News y que fue todo un cambio de registro para el cineasta.

A la actriz se le olvida nombrar el dinero como una de las razones para aceptar un proyecto, pero al final lo hace. “Las facturas se tienen que pagar de alguna manera. Pienso que, si aceptas un trabajo por dinero, después puedes hacer uno que te guste”. O como dirían los hermanos Anthony y Joe Russo, “una por ti, otra por la industria”, una frase que en realidad es de Steven Soderbergh, el cineasta que dio su primera oportunidad a los directores de Vengadores: Endgame (2019). 

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