Paul Mescal y el discreto influjo de Richard Burton

Será nada menos que William Shakespeare en Hamnet, la nueva película de Chloé Zhao (Oscar por Nomadland), aunque lo cierto es que la historia se centrará en Agnes, la mujer del escritor y su lucha por superar la pérdida de su hijo, un papel que interpretará Jessie Buckley.

Además, Paul Mescal se prepara para el boom de Gladiator 2 y para The History of Sound, drama donde él y Josh O’Connor serán dos jóvenes que durante la Segunda Guerra Mundial se proponen grabar las vidas, las voces y la música de sus compatriotas norteamericanos. 

Que Paul Mescal es el actor del momento no hay duda, un joven Richard Burton (1925-1984) que sigue pensando que está en la profesión “por accidente” ya que él lo que quería ser de verdad era jugador profesional de fútbol gaélico. Pero debutó en el cine al lado de Olivia Colman en La hija oscura (2021), recibió una nominación al Oscar por su tercer largometraje, Aftersun (2022), y ese mismo año revolucionó la escena teatral de Londres con su magnética y potente interpretación de Stanley Kowalski en Un tranvía llamado deseo. Cuentan que Ridley Scott le vio en el escenario del Almeida Theatre quitándose la camiseta y gritando ¡Stella! y en ese momento supo que había encontrado a su nuevo Gladiator. Mescal ya no era el nuevo Richard Burton, era el nuevo Marlon Brando.

Paul Mescal. (Photo by StillMoving.Net for Disney)

Burton era galés, Mescal es irlandés y dice que como actor no quiere que le expliquen nada, quiere preguntas. Pero no le pasará lo que le pasó a Richard Burton. Nos vamos muy atrás en el tiempo para recordar lo que dijo Harvey Orkin, agente y amigo de la estrella de Cleopatra (1963): “He aquí un hombre que se vendió. Está tratando de conquistar el reconocimiento y la fama sobre una base falsa. Podría haber sido el actor más grande del planeta”. Orkin se estaba refiriendo a la sucesión de malas películas en las que se embarcó su amigo por dinero y en la decisión de abandonar el teatro y pasearse del brazo de Elizabeth Taylor por medio mundo perseguido por miles de paparazzis. También Laurence Olivier le advirtió: “Decídete. ¿Quieres ser la comidilla de la gente o un gran actor?”. Y otro compañero, Paul Scofield, se lanzó al ruedo diciendo que Burton era “el actor más interesante que ha surgido desde que terminó la guerra. En cuanto a su porvenir, debería volver al teatro con el menor ruido posible”.

Por ahora, Mescal no está tomando malas decisiones en el cine, no se ha “vendido a Hollywood” y su vida sentimental se limita a salir un par de años con la cantante y actriz Phoebe Bridgers y a rumores que hablaban de Angelina Jolie impresionada con él desde que le vio en Un tranvía llamado deseo. Actualmente el actor vive con la actriz australiana Sophie Wilde.

Richard Burton

En cualquier caso, Mescal firmaría que alguien le dedicara a él las palabras con las que definió el Time a Burton: “Tiene una mente indómita, habitada por una cultura viva. Es de una claridad y penetración alarmante, cosa poco común y aun peligrosa en un actor. Y hasta cuando miente es simpático. Se fía de la gente como un niño. Ríe con franqueza y es capaz de hacer reír a cualquiera. Habla con todos como si verdaderamente le importaran. Es un don especial, poco común entre actores e incluso entre clérigos. El secreto de Burton es muy sencillo: para él todo el mundo es importante. Es un hombre de vodka, con mente de mercurio y genio violento. Es taciturno, absolutamente imprevisible, siempre fascinador, muy frugal, sumamente astuto, un tremendo snob y un bello, bellísimo varón”.

Cuenta la leyenda que después de equivocarse varias veces en una escena, Burton bajó la cabeza y embistió como un toro contra la pared. “Imposible imaginar a un actor inglés haciendo eso; pero, por su puesto, Burton no es inglés sino galés”.

Mescal no es inglés, sino irlandés y en Gladiator 2 se presentará como Burton se presentó en Cleopatra (1963). Uno de los personajes de la superproducción de Mankiewicz dice: “Algo hay en Marco Antonio que nosotros no podemos captar, pero que induce a las mujeres a abandonar a los vivos y olvidar a los muertos”.

Mescal por ahora solo ha dicho de esta esperada secuela que si “Gladiator llega a tu mesa no hay manera que le digas que no. Hasta ahora ha habido muy pocas películas grandes que me han interesado, no he estado demasiado pendiente del cine de Hollywood, pero no he podido resistirme al poder de Ridley Scott”.

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