¿Quién es Mariana de Treviño, la compañera de reparto de Tom Hanks en El peor vecino del mundo?

Pues una de las cómicas mexicanas más cotizadas del momento. Nació en Monterrey en 1977 y debutó en el cine en 2006. En los últimos años ha protagonizado películas como Un Mar de Enredos (2018), junto a Eugenio Dérbez y Anna Faris; Polvo (2019), de José María Yazpik, por la que fue nominada al Ariel; y la comedia Perfectos Desconocidos (2018), de Manolo Caro, adaptación mexicana de la taquillera comedia italiana estrenada en 2016, que Álex De la Iglesia versionó también en España en 2017.

En televisión hemos podido verla protagonizando la serie de Netflix Club de Cuervos (2015-2019), así como en papeles recurrentes de La Casa de las Flores (2019) y Narcos: México (2020). La filmografía de Treviño es una muestra del control que tiene con la comedia y el drama, un talento que está llamando cada vez más la atención de Hollywood.

El personaje de Mariana en El peor vecino del mundo forma parte de la nueva familia que se ha mudado enfrente de Otto (Tom Hanks), compuesta por Marisol (la actriz mexicana), su marido Tommy (Manuel García-Rulfo), y sus dos hijos Abbie y Luna, además del que está en camino. Por muy cascarrabias que Otto sea, ellos siguen insistiendo una y otra vez. “Otto no les asusta”, dice Hanks. “Aprecian lo que hace por la comunidad y entienden que al final del día es un tipo legal. Creo que a Otto le toca el gordo cuando Marisol se muda enfrente. Marisol es curiosa, es sociable y abierta de mente. Es muy clara con su afecto, incluso con un hombre como Otto”.

“La relación entre Otto y Marisol es la esencia de la película”, dice el director Marc Forster. “Marisol es un personaje maravilloso. El conflicto que tienen al principio es muy divertido. Los dos tienen una personalidad fuerte y no aceptan un no por respuesta. En eso son iguales, y es gracias a ese parecido por lo que consigue derribar sus barreras”.

“Su familia está llena de vida, es cariñosa, ruidosa y feliz. Esa filosofía de vida va calando poco a poco en la forma de vivir de Otto”, dice Treviño. “Ella intenta comunicarse con él continuamente, aunque sin ser invasiva. Su forma de conectar con la gente es simplemente estando presente, estando ahí para ellos”.

“La percepción que Otto tiene de ella va cambiando a lo largo de la película”, continúa Treviño. “Al principio no sabe como lidiar con ella, con su sinceridad. Pero al final se abre a lo que pueda deparar la vida. Acaba cediendo ante esta fuerza de la naturaleza”.

La emoción de Treviño por este proyecto ha sido doble. Además de actuar junto a Hanks ha tenido la oportunidad de desarrollar una historia que parece sacada de la vida real. “Muchas veces la comedia surge de una situación muy seria, casi dolorosa, de una herida personal o social. La comedia y el drama siempre están entremezclados en la vida real. Siempre estamos fluctuando entre esas dos líneas, en un proceso de aceptación y curación”.

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