Oscar Casas y la debutante Candela González son los protagonistas de la primera película como director de Mario Casas. Mi soledad tiene alas, ambientada en un barrio humilde a las afueras de Barcelona, donde tres amigos viven sin pensar en el mañana, entre fiestas y dando palos a joyerías, parece ser que tiene conexiones con la infancia de Mario, sin llegar a ser autobiográfica.
Según el director, la película «refleja el conflicto interno del protagonista y nos hace preguntarnos si es posible escapar de las herencias familiares y de las huellas que nos dejan infancias complicadas cargadas de violencia».
Óscar Casas protagoniza este film con un cambio físico radical, ya que perdió más de 8kg para convertirse en Dan. Junto a él, como sus dos colegas, Candela González y Farid Bechara, que fueron seleccionados en un largo proceso de casting que duró más de un año y en el que se valoraron miles de personas de toda España.
Para la preparación de sus personajes, los actores se sumergieron en un proceso de preparación
de tres meses previo al rodaje.