El primero fue Tom Cruise, que compró los derechos del libro y contactó con su amigo Christopher McQuarrie para que lo adaptara al cine. Luego llegó George Clooney, dispuesto a dirigir, producir y protagonizar la película.
Hablamos de El monstruo de Florencia, la estupenda novela del escritor norteamericano Douglas Preston (suya es también The Relic, llevada al cine en 1997 por Peter Hyams). Preston suele escribir en colaboración con Lincoln Child (la serie del agente Pendergast), pero El monstruo de Florencia era tan personal que sólo la podía escribir junto al periodista italiano Mario Spezi, porque vivió con él la historia real que cuenta la novela.
Preston y Spezi decidieron investigar el caso de un asesino en serie que durante más de diez años (entre 1974 y 1985) sembró el terror en la Toscana, matando a siete parejas de amantes a las que sorprendía en el bosque. En 1999, Preston vivía en Florencia, así que se volcó en el tema dispuesto a resolver el misterio. Como Jack El destripador o Zodiac, el asesino nunca fue detenido. Un apasionante True Crime que acabó fatal para el escritor y para su socio. En un sorprendente y surrealista giro, de pronto Spezi fue acusado de ser el monstruo y terminó en la cárcel. Preston fue expulsado del país y señalado como cómplice.
Una historia real que merece llevarse a la pantalla. Pero no lo harán ni Tom Cruise ni George Clooney. Al final se rodará en forma de miniserie, con Antonio Banderas en el papel de Spezi. A falta de elegir quien será Preston, los directores daneses Nikolaj Arcel y Anders Thomas Jensen terminan el guion y se preparan para gritar acción.