Las Jaurías

26 de julio de 2024 en cines

Dirigida por Kamal Lazraq

Guión Kamal Lazraq

Reparto Ayoub Elaid y Abdellatif Masstouri

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Por qué hay que verla

El primer largometraje del cineasta marroquí Kamal Lazraq es un cuento nocturno, tenso y convincente, a medio camino entre el cine negro y el drama existencial, que aborda temas universales como la relación padre-hijo y ofrece una mirada incisiva a la realidad social de Marruecos.
 
El filme ganó el Premio del Jurado de la sección “Un Certain Regard” de la 76ª edición del Festival de Cannes, presidido en esa ocasión por el actor estadounidense John C. Reilly. Además, obtuvo el mismo reconocimiento en la 20ª edición del Festival Internacional de Cine de Marrakech, otorgado por un jurado presidido por la actriz y productora de cine estadounidense Jessica Chastain.
 
La película traslada al espectador a un universo inexplorado en el cine, los bajos fondos de la ciudad de Casablanca. En ese escenario tenebroso y siniestro, el crimen convive con naturalidad con el culto la religión y a la espiritualidad a lo largo de una convulsa noche en la ciudad de origen del director.

Fortalecida por la autenticidad de sus actores no profesionales, con un reparto liderado por Ayoub Elaid y Abdellatif Masstouri, la cinta cuenta con singulares toques de ironía, que amenizan la narrativa con situaciones que llevan a los personajes a situaciones límite. Destaca también por la banda sonora del talentoso cantautor francés P.R2B y la envolvente fotografía de Amine Berrada (responsable así mismo del singular filme senegalés Banel & Adama). Ambas encajan a la perfección con la frenética narración de una trama basada en sucesos que suceden cada noche en los barrios marginales de la ciudad.
 
Según el cineasta, “Marruecos se ha ido desarrollando, pero hay un sector importante de la sociedad que se queda atrás, la gente que se ven fácilmente atrapada en espirales como el que se muestra en la película. Mis actores vienen de este tipo comunidades marginales. Sin embargo, a pesar de la dureza de sus vidas y de que a veces parezca que asumen como normal la brutalidad de los gánsteres, hay una profunda calidad humana en estas poblaciones.”

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