Queer

Por qué hay que verla

El cineasta italiano Luca Guadagnino sigue con su interesante carrera y después de la estupenda Rivales (2024), la mejor película sobre el mundo del tenis rodada nunca, nos presenta ahora un encuentro fascinante: el del director con William S. Burroughs.

Queer adapta la novela homónima del escritor estadounidense, considerada pieza clave de la literatura gay transgresora y de la Generación Beat. El italiano reconoce que la obra de Burroughs le encandiló cuando era joven: «Leí el libro con 17 y era un chico solitario. Diverso. Sentí muy cerca la profunda conexión que describe entre los dos personajes, la falta de juicio, la idea del romance como una aventura… me transformó y cambió para siempre. Quería ser leal con ese chico joven llevándolo a la gran pantalla».

La sexualidad, la libertad, el deseo, la soledad… Luca Guadagnino se aferra a la mirada de Willliam Burroughs para continuar con la reflexión acerca del deseo homosexual que inició en Call my by your name. Pero, en este caso, el affaire entre Guadganino y Burroughs nos lleva al reverso oscuro, crepuscular y salvaje de ese luminoso despertar romántico y sensual que nos hechizó en la película de 2017 protagonizada por Timothée Chalamet.

Daniel Craig, muy alejado de James Bond y en una interpretación desgarradora y muy arriesgada y valiente, interpreta a William Lee, un expatriado estadounidense en la Ciudad de México, que pasa sus días casi completamente solo, excepto por algunos contactos con otros miembros de la pequeña comunidad estadounidense. Estamos en 1950 y un encuentro con Eugene Allerton (Drew Starkey), un exsoldado expatriado nuevo en la ciudad, le muestra, por primera vez, que puede ser posible establecer una conexión íntima con alguien.

Luca Guadagnino declaró en una entrevista que Queer es un proyecto que ha querido hacer desde que tenía 20 años.

Y para los que se extrañaron de que Daniel Craig, el duro 007, aceptase un papel de homosexual con escenas explícitas de sexo, es que no conocen la carrera del actor. Antes de ser Bond, Craig ya había interpretado varios personajes gays, tanto en cine como en el teatro. Por ejemplo, muchos recuerdan todavía el montaje en Londres de la obra ganadora del premio Pulitzer Angels in America de Tony Kushner en el National Theatre. Fue en 1993 y Craig interpretó a uno de los personajes homosexuales más conocidos en la historia del teatro mundial: el abogado y consultor político mormón de derechas Joseph Porter Pitt.